A Donde descubrir multitud en madrid. La copioso literatura descriptiva de la perfil madrilentilde;a en el siglo XVII refleja la enorme preocupacioacute;n existente por descubrir la compleja e insoacute;lita certeza de la poblacion que surge praacute;cticamente de la ninguna cosa al transformarse en sede sobre la monarquiacute;a hispaacute;nica.

A Donde descubrir multitud en madrid. La copioso literatura descriptiva de la perfil madrilentilde;a en el siglo XVII refleja la enorme preocupacioacute;n existente por descubrir la compleja e insoacute;lita certeza de la poblacion que surge praacute;cticamente de la ninguna cosa al transformarse en sede sobre la monarquiacute;a hispaacute;nica.

Mariacute;a Cristina Martiacute;nez Soto

Centro Universitaacute;rio FIEO

Alarmados con las consecuencias devastadoras para el equilibrio social y no ha transpirado moral sobre una semejante combinacion de individuos desplazandolo hacia el pelo condiciones los escritores, asi­ como excesivamente particularmente las moralistas, devotan sus energiacute;as a desvendar ese enmarantilde;ado persona tras nunca la comprensioacute;n socioloacute;gica sino principios aleccionadores que guiacute;en a los visitantes desavisados. Este geacute;nero literario recurre a la individualizacioacute;n sobre dificultades creando tipos que componen una fauna humana de difiacute;cil clasificacioacute;n con un denominador comuacute;n: el sobre acontecer productos genuinamente cortesanos.

Asi­ como entre estas figuras, merece la atencioacute;n especial, la de las damas cortesanas. Echemos Un Vistado A.

Estas mujeres son continuamente joacute;venes, solteras, viudas o con maridos ausentes, usualmente forasteras y no ha transpirado acomodadas (residen, con compantilde;eras y no ha transpirado criadas, en casas amplias situadas en barrios sobre embajadores o de la superior nobleza y no ha transpirado decoradas con el maacute;ximo lujo. Sin embargo sobre todo son guapas. Van vestidas obedeciendo todo el mundo las designios de la moda cortesana, permitidos o nunca: pinturas en las mejillas asi­ como labios, cintas de colores en el cabello, al uso franceacute;s, coronando un dificil peinado, lujosos desplazandolo hacia el pelo llamativos vestidos que resaltan los dones naturales: ”los hombros quedan afuera del juboacute;n; de los pechos le ven los varones la zona que basta de nunca tener quietud en el torso; de las espaldas, la parte que sobra con el fin de que deacute; la virtud sobre espalda” (ZABALETA, 1983, p. 117), chinelas o chapines con cintas sobre colores asi­ como virillas de plata desplazandolo hacia el pelo numerosas joyas. A pesar sobre arreglarse con tanto esmero, suelen envolver cuerpo humano desplazandolo hacia el pelo rostro con li?minas, reservando el deleite sobre su elaborada fama para escasamente determinados privilegiados. De hecho, el pudor coexiste con la ostentacioacute;n sobre manera en apariencia inexplicable.

Y no ha transpirado esta dualidad se aplica tambieacute;n a su comportamiento.

Tienen una agitada vida social y no ha transpirado estaacute;n bien relacionadas, incluyeacute;ndose dentro de sus conocidos y no ha transpirado protecciones los propios funcionarios sobre equidad. Normalmente encontrarse durante el diacute;a realizando adquieres en la calle de mi?s grande, principal viacute;a del comercio de lujo. Tambieacute;n despliegan sus encantos en los paseos, por la noche, mayoritareamente en el Prado a donde ”apenas se ha desaparecido el sol, cuando se aparecen. las coches, cargados sobre diversos sexos y de diferentes estados”, desplazandolo hacia el pelo a donde, a pesar sobre la prohibicioacute;n de parar o abordarse, ”todas las noches existe. mucha nota y no ha transpirado escaacute;ndalo por los excesos que hacen varios sentilde;ores desplazandolo hacia el pelo caballeros mozos, apeaacute;ndose de sus caballos desplazandolo hacia el pelo coches y tomando armas y broqueles se pasan a otros sobre mujeres y no ha transpirado las van galanteando metidas las cabezas en ellos asi­ como auacute;n determinados cualquier el organismo, corridas y abiertas las cortinas” (ZABALETA, 1983, p. 331; AHN, Consejos, SACC, 1650, fol. 202). Y no ha transpirado estaacute;n continuamente presentes en las incontables festejos, procesiones, toros, corrales de comedias, en meriendas en la casa de campo o a orillas del Manzanares asi­ como. en la iglesia.

Aunque a pesar de estas frecuentes salidas se preservan de una exposicioacute;n invariable guardando en sus apariciones el decoro personal de estas damas virtuosas; cuando viable, se ocultan de miradas impropias paseando en auto. Las maacute;s modestas andan, pobre sus li?minas. La totalidad de se hacen acompantilde;ar sobre duentilde;as, hembras sobre perduracion destinadas a guardar la honra de las doncellas en locales puacute;blicos (realmente, verdaderas celestinas). Terminando tan castas apariencias, son asiduas del uacute;nico aacute;mbito a donde doncellas honestas podri?n transitar con cierta libertad, los lugares sagrados. O sea, se revisten con signos externos sobre honestidad, observan las mismas precauciones sobre la chica honrada en las increi­bles entrenos, imitan las formalismos que caracterizan a otro modulo de femina.

Los dos elementos, belleza asi­ como virtud, forman pieza del trabajo y no ha transpirado justifican el tipo de publico por motivo de que a tan sofisticadas teacute;cnicas de reclamo deberia reponer el varon a la altura, en otras palabras, acompantilde;ando sus solicitudes sobre un desembolso monetario. Sobre hecho, la publico de las damas estaacute; en consonancia con su status: joacute;venes hijos de clan, comerciantes, funcionarios, forasteros que acuden a pleitear o seres que ”comen de su hacienda” , que disponen de suficiente lapso disponible asi­ como dinero para cultivar una imagen igualmente sofisticada e innovadora. Por la noches, reuacute;nen en sus residencias a las joacute;venes cortesanos que buscan diversiones, juego, bailes, condumio desplazandolo hacia el pelo bebidas, discusiones refinadas y no ha transpirado una salida a su sexualidad. En cuanto a ellas, el moacute;vil principal era el econoacute;mico: hacen intercambios sexuales a velocidades de dinero, regalos, pago del alquiler, manutencioacute;n.

Aunque la prostitucioacute;n, estaacute; prohibida por normativa. Existe un gran empentilde;o por parte sobre autoridades para moralizar las costumbres en toda la monarquiacute;a que se declara catoacute;lica, y en sustantivo de su confesioacute;n entabla guerras externamente sobre vivienda. Desplazandolo hacia el pelo este objetivo se aplica con de mi?s grande razoacute;n en la perfil, tambieacute;n emplazamiento ”sede de la cristiandad”, asi­ como como tal, obligada a dar ejemplos maacute;s edificantes. En Madrid, las autoridades intentan Adquirir el beneplaacute;cito divino para contrarrestar la decadencia de la monarquia atribuiacute;da a las pecados de los suacute;bditos atacando la relajacioacute;n sobre costumbres, entendiendo que el prototipo sobre las pecadores contagia faacute;cilmente a los virtuosos. Tambieacute;n quieren prevenir que las relaciones iliacute;citas se conviertan en un vi­a sobre ascensioacute;n social. Pero, sobre todo, intentan defender la institucioacute;n familiar.

Por estos motivos a lo generoso del XVII, la Sala de Alcaldes sobre hogar desplazandolo hacia el pelo Corte, oacute;rgano supremo de gobierno y no ha transpirado tribunal de arriba sobre equidad, instruyoacute; 1.057 procesos por actos contra la moral (representado un 9,84% del total sobre delitos juzgados) asi­ como en 1681 la institucioacute;n municipal instruyoacute; 72 (18,99%). De dentro de los cuales 80 (7,56% de procesos contra la moral) desplazandolo hacia el pelo 41 (59,94%) respectivamente, por relaciones iliacute;citas (incluyendo prostitucioacute;n o amancebamiento).

La cifra nunca seri­a voluminosa, es un delito privado, difiacute;cil de examinar y tratado con discrecioacute;n para impedir escaacute;ndalos que deshonrariacute;an a las familias de los acusados. Por eso, a pesar sobre ser grande el nuacute;mero sobre detenciones -en 1665, como podri­a ser, cada uno de los alcaldes de las cuarteles sobre San Sebastiaacute;n, San Luis y San Martiacute;n practicoacute; la por semana- nunca necesariamente desemboca en la instruccioacute;n sobre un procedimiento. Aunque, lo maacute;s atrayente, es que, En Caso De Que las cortesanas son protagonistas indiscutibles en las paacute;ginas literarias, estaacute;n praacute;cticamente ausentes de la documentacioacute;n procesal. En contrapartida, eacute;sta realiza relato an una figura que no goza de lugar en la literatura: la prostitucioacute;n callejera: mujeres a menudo casadas, nunca tan joacute;venes, sobre miacute;sera condicioacute;n, que sobre noche, pintadas desplazandolo cГіmo ver quiГ©n le gusta el latinamericancupid sin pagar hacia el pelo con sus mantillas desplazandolo hacia el pelo bisuteriacute;a (siacute;mbolos distintivos de su profesioacute;n) aguardan clientes en lugares ceacute;ntricos asi­ como concurridos, en puertas sobre posadas y no ha transpirado tabernas, semiocultas pobre las soportales de la Plaza gran o en los portales de estas casas, que tambieacute;n son el escenario a donde se consuman sus transacciones. Falto residencia, auto, duentilde;as y no ha transpirado diferentes garantiacute;as de discrecioacute;n para sus encuentros callejeros, estaacute;n maacute;s expuestas y, por tanto, son presa faacute;cil para las rondas nocturnas.

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